.
Hubo una vez un imbécil que se gastó una millonada con lo de la Alianza de Civilizaciones. Una característica de la nueva izquierda radical, en toda Europa pero especialmente en España, es su odio marcado a la civilización occidental y su tendencia a contemporizar con su principal enemigo que hoy en día es el islamismo radical.
Para el dogma del multiculturalismo todas las civilizaciones son iguales, o mejor dicho, todas las civilizaciones, siempre que no se trate de la occidental de raíces júdeo cristianas, merecen la mayor de las consideraciones. Poco importa que muchas de ellas presenten rasgos bárbaros, intolerantes o excluyentes que puedan entrar en conflicto con otros “dogmas” progresistas, como pueden ser el feminismo, el ecologismo o el lobismo gay. Europa es muy tolerante con el islamismo radical aunque se trate de una civilización homófoba, teocéntrica y que desconoce los más elementales derechos humanos.
El Cristianismo lo impuso Teodosio en el año 380 como religión oficial del estado. No se crearan estados teocráticos con el poder religioso y el poder civil en una misma persona, como ocurrió en la Ginebra de Calvino o con los califas del Islam. Los frecuentes conflictos ente el Papado y el Imperio y las guerras de las Investiduras fueron extraordinariamente beneficiosas para la libertad porque representaban una especie de división de poderes.
Durante casi mil años el Cristianismo fue la principal fuerza creadora en el mundo occidental. En él se encuentran las raíces del liberalismo al aceptar que el hombre es libre y responsable de sus actos. En esto radica su grandeza. De aquí surgió el concepto de falta, de responsabilidad y de que debe estar sometido a la ley.
El Islamismo, en cambio, es incompatible con la democracia, con la modernidad y con el progreso porque predica la Guerra santa. El Coram dice: “la difusión del Islam mediante las armas es un deber religioso de los musulmanes” ”La yihad (guerra santa) debe seguir librándose hasta que el mundo entero esté bajo el dominio del Islam”. No se trata de interpretaciones. El Coram fue escrito por los seguidores de Mahoma y se terminó 26 años después de su muerte, en el 656.
No es que el islam sea la religión oficial del Estado, sino que toda la legislación civil ha de estar con el Coram.
Mientras el Islam busca la guerra final que acabe con la cultura occidental basada en la tolerancia, la racionalidad griega y el testamento júdeo-cristiano, Europa insiste en el apaciguamiento camino de la rendición.
Zapatero, el más tonto de todos los líderes de Occidente, es el que recogió la antorcha de la Alianza de Civilizaciones. No son conversaciones. Pretendía una alianza entre dos mundos irreconciliables, entre el lobo y el cordero.
El origen del concepto está en el ayatolá iraní Mohammed Jata Mí que en 1998 introdujo la idea, en contraposición a la teoría del Choque de Civilizaciones de Samuel P. Huntington. Zapatero pensó que él lo podría arreglar y propuso la idea en la 59 Asamblea General de la ONU el 21 de septiembre de 2004. El único jefe de estado que se adhirió, con entusiasmo, fue Endorgan, el tirano islamista de Turquía.
Inmediatamente se creó una estructura con oficinas en la que los progres preparaban sus discursos llenos de buenismo, todos cobrando, y se construyó una cúpula en la sede de las Naciones Unidas en Suiza. La que pagaba era España.
Tarradellas decía que en política se puede hacer de todo, menos el ridículo. Zapatero hizo de todo, de todo malo, y, además, el ridículo.
Hoy, nadie se acuerda de todo aquello. Y la cúpula de la sede avergonzada, se cayó.
Enrique Gómez Gonzalvo 17/03/2019 Referencia 125
Blog 