
El hambre ha sido la compañera de la humanidad desde que el hombre apareció sobre la tierra. Otros “compañeros” han sido la guerra, los desastres de la naturaleza como terremotos, inundaciones, epidemias, etc. y las enfermedades, especialmente el cólera y la peste. Todavía hoy 700 millones de personas en el mundo viven en situación de extrema pobreza.
Cuando hace 10.000 años el hombre aprendió a cultivar la tierra y a domesticar los animales pasando de ser recolector y cazador a agricultor y ganadero se dio un paso gigantesco en la producción de alimentos, pero la alimentación, salvo para una minoría, siguió siendo la gran preocupación del hombre.
En la segunda mitad del siglo XVIII, en Gran Bretaña se produjo la llamada revolución industrial que permitió el desarrolló del capitalismo y del comercio internacional.
La aparición de nuevas tecnologías permitió aumentar la producción de alimentos con menos mano de obra y facilitó el transporte de mercancías. Como consecuencia se produjo un éxodo masivo de campesinos hacia las ciudades y el antiguo agricultor se convirtió en obrero industrial.
La revolución industrial y con ella el capitalismo, desde Inglaterra se extendió rápidamente a los países del Norte de Europa y a América. El Sur de Europa se subió más tarde al tren de la industrialización. Unos, como Italia en la posguerra y otros, como España y Portugal, ya en los años sesenta y setenta. Recientemente varios países asiáticos, como Taiwán, Singapur, Malasia y Corea del Sur, que se han apuntado al capitalismo y al libre comercio, están alcanzando rentas por habitante cercanas a las de los países desarrollados.
Los beneficios de la R.I. para la población en general tardaron en llegar y, aunque las condiciones de vida de los campesinos eran muy precarias, tampoco mejoraron mucho con el éxodo a las ciudades. Las jornadas de trabajo eran de 14 horas diarias, los salarios miserables y no había protección legal frente a los dueños de las fábricas. Esta situación produjo un enfrentamiento entre los propietarios y los trabajadores, la llamada cuestión social.
Para negociar los salarios y las condiciones de trabajo surgieron los sindicatos que, en aquella época, eran heroicos, nada que ver con los burócratas de la sociedad actual. También surgieron nuevas corrientes de pensamiento especialmente el socialismo y el comunismo, doctrinas que fracasaron estrepitosamente.
El éxito del capitalismo ha sido tal que, solamente en aquellas regiones del mundo que no lo han aceptado y se mantienen con economías agrarias, su nivel de vida está cercano a la mera subsistencia, es decir, algo mejor de cómo vivían todos los habitantes del planeta hace 200 ó 300 años.
Enrique Gómez Gonzalvo, 13/03/2019 Referencia 94
Enrique Gómez Gonzalvo, 13/03/2019 Referencia 94