La naturaleza ha establecido diferencias importantes entre los sexos. Peterson, por ejemplo, dice que desde hace 350 millones de años, las hembras langosta eligen a los mejores machos para la procreación mientras ellos pelean por el territorio. De igual forma, los hombres no eligen a las mujeres en base a su estatus socioeconómico y las mujeres sí lo hacen, porque si eres mujer y vas a estar en posición de vulnerabilidad porque vas a tener hijos, buscarás un hombre competente.
La historia nos enseña que, al menos desde la revolución agrícola del neolítico, todas las sociedades del homo sapiens han sido patriarcales. Incluso antes del descubrimiento de América, las poblaciones amerindias sin contacto previo con culturas euro afroasiáticas, ya lo eran. ¿Y por qué razón se valora más la masculinidad que la feminidad en todas estas poblaciones? La ciencia no puede ofrecernos una razón explicativa indiscutible.
La Civilización occidental, y lo recoge nuestra Constitución, dispone la igualdad de todos los seres humanos ante la ley, de forma que ni las mujeres, ni los homosexuales, ni los ateos, ni los rubios, ni los morenos, ni los negros pueden tener privilegios, todos debemos tener los mismos derechos y deberes. Conseguir ventajas morales, legales y económicas por razón de sexo es la negación del Estado de Derecho.
Frente a este feminismo, que busca la igualdad de las mujeres ante la ley, el mujerismo, que así se llama al feminismo radical de la extrema izquierda y de algunos movimientos sociales, se basa, no en la igualdad ante la ley sino en la uniformidad, en la anulación de las diferencias entre lo sexos y en considerar a los hombres culpables por el mero hecho de serlo. Han pasado de intentar convertir a las mujeres en hombres a intentar convertir a los hombres en mujeres. Y eso no conviene a ninguno de los dos sexos.
Las feministas radicales piden: «¡Arranquemos a los hombres sus garras y sus colmillos! ¡Hagámoslos blandos, flácidos y femeninos, porque así no pueden hacernos más daño!»
Esas feministas, no ya el piropo, sino el elogio, el flirteo, el coqueteo normal que se da en todas las especies desde Atapuerca, lo entienden como una agresión.
Es esta una ideología heredera del marxismo. El feminismo radical es la careta que se ha puesto el comunismo para dominar la sociedad mediante la ideología de género igual que antes había una ideología de lucha de clases.
El feminismo histórico en España es el de Pardo Bazán y el de Concepción Arenal. Es el de la igualdad total de las mujeres ante la ley y la independencia económica para no estar sujeta a ningún hombre, ni padre ni marido. Esto son los principios liberales recogidos en nuestra Constitución.
La primera conquista del feminismo fue el voto femenino en las Cortes de la República que se impuso gracias a Clara Campoamor, a pesar de que la izquierda votó en contra. .
Enrique Gómez Gonzalvo 09/03/2019 Referencia 386
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