Tras la caída del Muro en el 89 y la implosión de la Unión Soviética en el 91, el socialismo moderado en su versión socialdemócrata que se inventó como el remedio para que no llegaran los comunistas al poder, perdió gran parte de su razón de ser.
El socialismo español siguió experimentando la fascinación que sentía durante durante la Dictadura por los nacionalistas vascos, catalanes y por los terroristas vascos, «esos muchachotes que nos están trayendo la democracia» y se alió con las ideologías más carcas, anticuadas, antiliberales e irracionales como son los nacionalistas. Los socialistas de ambas comunidades, Cataluña y País Vasco, desempeñaron el papel de charnegos o de maquetos agradecidos e hicieron el trabajo sucio al nacionalismo.
Si la igualdad de los españoles quedó concluída por el separatismo ya que ellos, los socialistas, están con los separatistas puesto que hablan de nación de naciones y de plurinacionalidad y no con los inmigrantes, que llegaron en la anterior generación a Cataluña ¿qué queda del socialismo?
Un partido de izquierdas, un partido de clases, como se decía antes, debería defender los intereses de los más desfavorecidos, de los más pobres, de los perseguidos, de los marginados, de los españoles nacidos fuera de Cataluña que se les impide escolarizar a sus hijos en español. Montilla, ex presidente socialista de la Generalidad, no tiene problema. Él lleva a sus hijos al colegio alemán, donde estudian en alemán, en inglés, en español y algo en catalán. La inmersión lingüística, de los castellano hablantes, produce el mayor fracaso escolar de toda Europa.
Si los hijos de los inmigrantes que no son ricos como Montilla han de morir al palo de la inmersión lingüística, si no los defienden los socialistas y tienen que acudir a un partido liberal que defienda la igualdad ante la ley y, lo que es más importante, la igualdad de oportunidades, ¿para qué queremos el PSOE?
Zapatero dio un paso más y convirtió al PSOE en un partido de extrema izquierda. Volvió al discurso de la guerra civil y empezó a vivir de Franco.
Sánchez solamente ha conseguido para gobernar el apoyo de los comunistas de ETA, de los comunistas de Podemos, de los comunistas de la CUP, además del de los golpistas catalanes. Mientras tenga el Falcón no le importará gobernar sin presupuestos, con Begoña y su Falcón dará varias vueltas al mundo, aunque se cargue al PSOE.
Se entiende que la política ha de tener una serie de valores básicos, pues si se prescinde de ellos se puede terminar siendo un comisionista de los narcos.
Enrique Gómez Gonzalvo 09/02/2019. Referencia 252