El presidente de EE UU no puede recibir regalos de más de 50 dólares porque se consideraría un intento de soborno ya que podría tener una predisposición favorable en algún asunto relacionado con la administración. Esperanza Aguirre dimitió como presidenta del Partido Popular de Madrid, no porque ella se hubiera llevado algo sino porque era la responsable política de los que si lo hicieron. Cristina Cifuentes dimitió porque cogió dos frascos de crema de un supermercado y cuando fue descubierta los pagó.
Ser socialista puede ser un error, pero no es malo, pero ser socialista y defender unos principios que no se corresponden con su comportamiento, es una postura indigna.
Pedro Sánchez formó un gobierno en el que dos ministros han tenido que dimitir por corrupción y otros cinco han cometido actos que en cualquier gobierno europeo estarían imputados o procesados, pero no deja dimitir a nadie porque él también ha cometido actos irregulares y es el primero que tendría que mancharse. Para empezar, Begoña, su esposa ha sido contratada, como experta en temas africanos, en una empresa relaciona con la Administración, aunque no ha estado nunca en África ni sabe nada de África y su sueldo ha sido declarado secreto de Estado. ¿Por qué lo oculta?
El primer ministro que dimitió, a los 6 días de su nombramiento, fue Máxim Huerta, Ministro de Cultura y Deportes, el ministro más breve de la democracia. Defraudó a Hacienda 200.000 euros.
Carmen Montón, Ministra de Sanidad, ya durante su época de Consellera de Sanidad de la Comunidad Valenciana cargaba a la Consellería sus facturas de lencería. Tuvo que presentar la dimisión por haberse demostrado que plagió, como Pedro Sánchez, el 58 % de su máster. Ya ha solicitado la pensión de jubilación tras su paso por el ministerio durante 60 días.
Luisa Cardo, Ministra de Sanidad, la sucesora de Montón, estafó 150.000 euros en varios años, porque el piso en el que vive en Madrid lo había puesto a nombre de su hijo para cobrar las dietas, como si hubiera vivido en provincias.
Luis Plana, ministro de Agricultura, montó un negocio, se arruinó y, como era ministro, lo vendió a la Diputación de Jaén.
Dolores Delgado, fiscal de profesión y ministra de Justicia. Sus amigos son poco recomendables, al menos los que participaron en una comida gravada en octubre del 2009 en el restaurante Rianxo de Madrid para celebrar la concesión de la medalla al Mérito Policial a Villarejo. Los comensales fueron Garzón (expulsado de la carrera judicial por corrupción y prevaricación), Villarejo (comisario, imputado y en prisión), Gabriel Fuentes (alto comisario, imputado), Eugenio Pino comisario (imputado) García Castaño «El Gordo» (comisario, imputado), Fernández Chico (comisario, el único fallecido) y José Antonio González (policía de confianza de Rubalcaba, se jactó en dicha comida, que él “preparó” el caso Gürtel con Garzón”. Más que amigos parecían una banda.
En dicha comida, lo peor no fue que llamara maricón al ahora ministro Marlaska, sino que el delincuente Villarejo se jactó ante su protegida (ella bebe de mi copa) que había montado un prostíbulo, no para sacar información a espías, terroristas o delincuentes internacionales, que eso es cosa del CNI, sino a empresarios, “gente dura y correosa en consejos de administración pero que le cuentan todo a la chorbita que les “pone”, a políticos y jueces. La actual ministra le contestó “éxito asegurado”.
En otra ocasión, Dolores Delgado, como fiscal, salvó a Ángel Pérez-Maura de la extradición a Guatemala de Ángel Pérez-Maura, que había acudido al bufete de Garzón y de Villarejo, a los que pagó 6 millones de euros.
Isabel Celaá, ministra de Educación y portavoz del gobierno con su marido que “trabaja” en UGT, para no pagar a Hacienda ha ocultado su patrimonio valorándolo en menos de 200.000 euros cuando su valor real es de varios millones de euros.
Nadia Calviño, ministra de Economía, como Pedro Huerta y Pedro Duque, para no pagar impuestos ha creado una sociedad instrumental con dos testaferros para comprar una casa en Madrid que le ha costado 1.600.000 euros.
José Borrell ministro de Asuntos Exteriores tuvo que dimitir como candidato del PSOE a la Presidencia del Gobierno en 1999 porque los inspectores fiscales que hacían inspecciones a sus amigos compraban chales en Andorra.
Recientemente ha sido multado con 30.000 euros porque recibió la información del Secretario de Energía de que Abengoa iba a entrar en concurso de acreedores, lo que le permitió vender las acciones de su primera esposa, con la que estaba en proceso de divorcio, un día antes de que se hundiera su cotización en bolsa, siendo esta información considerada infracción muy grave.
Pedro Duque, ministro de Ciencia, Innovación y Universidades, creó una sociedad patrimonial con sus viviendas para no pagar impuesto y fue avisado por la Ministra de hacienda María Jesús Montero como en su día ocurrió con Monedero, para que regularizara su situación y no ir a la cárcel o pagar una multa como los demás.
Hay otro tipo de corrupción, que es la corrupción moral como la de Grande Marlaska que intentó justificar la actitud de un grupo de independentistas catalanes que quisieron agredir al juez Llarena a la salida de un restaurante en Gerona, recordándole que el separatismo le ha declarado persona no grata en Cataluña.
Como colofón Pedro Sánchez: su tesis doctoral se la hicieron unos negros, que además la plagiaron y además colaboraron en ella los profesores que después le examinaron y le dieron el doctorado.
Enrique Gómez Gonzalvo 1/01/2019 Referencia 360