Pedro Sánchez es el prototipo de político amoral, indiferente a todas ideologías, dispuesto a lo que sea con tal de permanecer en el poder, traicionando a quien sea, tan sólo quiere durar, disfrutar del Falcón, del helicóptero, de la escolta, del séquito, del oropel y del boato. Si se enfada Torras, el de la lengua de las bestias o Pablo Iglesias, el del casoplón del millón, tendrá que convocar elecciones, pero si las pierde, no volverá a la Moncloa, no podrá ir a los conciertos de rock en avión privado, que dirá Begoña y además le quitarán el título de doctor y a lo peor lo procesan.
Y además es un mentiroso. Mintió en el Parlamento, la sede de la soberanía popular. En Estados Unidos, la democracia más potente del mundo, la mentira está prácticamente igual de mal vista que la corrupción. Puedes mentir, claro que puedes mentir, pero como te cacen te vas por donde has venido. Ésa es la regla de oro en las democracias de calidad. Nixon no tuvo que dimitir por espiar, dimitió por mentir. Y a Clinton casi le pasa lo mismo no por lo que hizo sino por mentir a la población.
La tesis doctoral es algo muy importante. Se trata de un trabajo de investigación y tiene que ser original, personal y aportar algo nuevo. Es imprescindible para llegar al grado de doctor y optar al puesto de catedrático en cualquier universidad española.
El diario ABC ha demostrado que la tesis de Sánchez ni es tesis ni es de Sánchez ni se ha leído nunca. No es que sea copia, que sea un plagio, que tenga escasa calidad intelectual, el problema es que no la ha hecho él, que presentó una tesis que ha escrito otro, es como si se hubiera presentado por otro a un examen. El no ha plagiado la tesis, la han plagiado los negros que la han hecho. Miguel Sebastián dijo que se la habían hecho en un 80 % en el ministerio de Industria.
En cualquier país habría dimitido, expulsado y procesado por haber usurpado el título de doctor.
En el desfile de la fiesta de la Hispanidad, aunque apartaron la tribuna de las autoridades lo más lejos posible del público y aunque la izquierda mediática hable de falta de respeto, la gente le pitó y le llamó okupa porque dijo durante la moción de censura que convocaría elecciones lo antes posible y no lo ha hecho ni piensa hacerlo.
Lo que más le gusta es exhumar a Franco, a pesar de que más del 54 % de los españoles piensan que a Franco no tendrían por qué moverlo. Después de Franco vendrá La Iglesia, la Corona y la Constitución. Ahora Sánchez ha creado los llamados Bienes de dominio público y entre los edificios afectados está la Mezquita de Córdoba, La Giralda de Sevilla y La Seo de Zaragoza, para arrebatárselos a la Iglesia.
Al menos nos cabe el consuelo de saber que no somos nosotros quienes lo hemos elegido, como nos pasó con Zapatero, sino que su desgraciada ascensión se debe a separatistas y neocomunistas.
Enrique Gómez Gonzalvo 12/12/2018 Referencia 366