Torrán llama a los catalanes que hablan español y a los españoles en general “bestias con forma humana que incitan al odio”, de forma que a Quim Torrán, Presidente de la Generalidad le sobran la mitad de los catalanes.
La lengua mayoritaria en todas las comunidades autónomas, incluida Cataluña es el español y es precisamente la lengua lo que más nos une a los españoles.
En Cataluña, como en la Comunidad Valenciana, en las Islas Baleares y en Galicia el bilingüismo es espontáneo y natural por lo que la imposición forzada del monolingüismo en la enseñanza, en la administración, en las instituciones, en las actividades económicas y sociales es un atentado contra la libertad y los derechos individuales.
Según Convivencia Cívica Catalana solo el 8 % de los catalanes quieren la enseñanza únicamente en catalán, la mayoría prefiere la cooficialidad de las dos lenguas y además la enseñanza del inglés. Europa ha recordado a Cataluña que la inmersión lingüística es clamorosamente ilegal porque se tiene que garantizar el acceso igualitario a ambas lenguas y la UNESCO defiende que los niños sean educados en la lengua materna, que en amplias zonas de Cataluña, sobre todo en las ciudades, es el español.
Según Jiménez Losantos el discurso separatista catalán no lo crea Jordi Pujol sino el comunista burgués Vázquez Montalbán, con esa idea de que hay que arrepentirse de ser español y de que el español es una lengua maldita, a la vez que explota el negocio intelectual del progre que es vivir a todo plan sin dejar de sentirse ideológicamente superior.
Ante los intentos de secesión de Cataluña el apaciguamiento regalando cosas, nunca ha dado resultado. No se lo dio a Chamberlain cuando llegó a Londres en el 39 diciendo “traigo la paz”, después de haber claudicado ante Hitler en la Conferencia de Múnich dejando que se comiera pequeños países como Los Sudetes (Bohemia) y Austria. Tampoco ha dado resultado pensar que los independentistas iban a dejar de plantear la ruptura de España y el derecho de autodeterminación porque se les diera un poco más de esto o de lo otro. Y tampoco dio resultado convertir a España en la práctica en un estado federal, ya que lo de estado autonómico es “un eufemismo” pues está más descentralizado que muchos federales.
La iglesia católica, ante los intentos de secesión de Cataluña ha tomado una actitud ambigua, contradictoria e intolerable y es que desde el catolicismo, desde la universalidad de un credo no se puede reconocer la supremacía de un territorio.
Pero el mayor culpable ha sido el Partido Socialista, sin cuya colaboración cuando no activa participación, no se habría llegado a la situación actual. Los tripartitos de Ezquerra Republicana con los socialistas Maragall y Montilla fueron nefastos para Cataluña y para España. Montilla, el típico charnego agradecido, en lugar de presumir de ser andaluz ha estado toda la vida pidiendo perdón por haber nacido en Andalucía y triplicó las multas a los comercio por rotular en español.
Todavía hoy en la Comunidad Valenciana, en Baleares y en el País Vasco, como en Cataluña, la lengua sigue siendo la herramienta fundamental para la imposición de una dictadura nacionalista. Baleares convertida prácticamente en una colonia política de Cataluña y la Comunidad Valencia, que va en camino. Armengol del PSOE, en Baleares, echa a los sanitarios que no hablan catalán. Y Ximo en Valencia está imponiendo el catalán en las aulas y expulsando el castellano. Lambán en Aragón quiere imponer el catalán de La Franja como idioma obligatorio, que no es el chapurreao, el dialecto que se habla allí desde siempre, sino el catalán de Barcelona, el de Pompeu Fabra.
En Cataluña, no se duda en favorecer la inmigración musulmana frente a la sudamericana y si actualmente son unos 600-800.000 pronto representarán el 10 % de la población ya que se asocian al proceso secesionista, a pesar de que cuatro de los cinco atentados fallidos de los islamistas en España han tenido lugar en Cataluña.
Enrique Gómez Gonzalvo 29/09/2018 Referencia 336