La cleptomanía es el deseo irrefrenable de robar y se incluye en el DSM-IV de los trastornos mentales en el apartado de los Trastornos del Control de los Impulsos. No son ladrones, no lo hacen para obtener un beneficio, se trata de objetos de poco valor y no pretenden un enriquecimiento personal. El cleptómano, como el ludópata y el drogadicto, no reconoce su “enfermedad”, dicen que lo pueden dejar cuando quieran, que lo hacen porque es un juego, una broma, por divertirse.
Cristina Cifuentes no se llevó ni un euro, cogió dos frascos de crema y los pagó. ¿Ha pagado Errejón la beca flak que se concedió a si mismo por medio de un sujeto a quien le dio un escaño en el Congreso? ¿Devolvió Pablo Iglesias los 250.000 dólares que cobró de Chávez, según está acreditado por un juez y que los depositó en el paraíso fiscal de las islas Granadinas?
Cifuentes por ese “delito” no fue condenada ni siquiera imputada. Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid fue imputada por ciertas irregularidades en un máster, pero no ha sido condenada. Cualquier juez puede imputar a cualquier persona por un delito trivial y posteriormente desimputarlo porque era inocente, perdiendo su carrera política y quedando estigmatizada en su vida política y personal. Por ello, si los delitos no son casos graves la prensa debería esperar, antes de echarlo a los leones, a que el juez decida.
En la política madrileña se marchó Esperanza Aguirre, más tarde Cristina Cifuentes, en cambio se mantiene en el Ayuntamiento Rita Maestre condenada por asaltar una capilla de culto católico amenazando de muerte a 40 feligreses, a pesar de que dijo que dimitiría si la condenaban y ahí sigue porque tenía que ascender a papá. También sigue Manuela Carmena que cogió el dinero procedente de un alzamiento de bienes de su marido destinado que realizó a los arquitectos que tenía contratados como trabajadores autónomos. Tampoco ha explicado de donde sacó los 120.000 euros que llevaba en su bolso para pagar a Cristina Almeida, otra comunista con posibles, el importe de medio piso que compartían.
Sin Aguirre y sin Cristina ¿se mantendrá en la Comunidad de Madrid la presión fiscal más baja de España o la eliminación del impuesto de sucesiones y donaciones? ¿Continuará la libertad de horarios comerciales? ¿Su economía seguirá creciendo al 3,6 %, una de cada cinco nuevas empresas españolas nacerá en esta comunidad, seguirá llegando a Madrid el 70 % de la inversión extranjera? ¿Seguirán haciendo hospitales y líneas de metro?
Enrique Gómez Gonzalvo 03-09-2018 Referencia 312