En estos 40 años de democracia España se ha modernizado en muchos aspectos, pero se cometió un error que fue la configuración del Estado de las Autonomías con el que habría que acabar, pues fue una cosa que se instituyó para contentar a los nacionalistas.
En Europa no hay estados multinacionales de los que habla Pedro Sánchez y en el mundo solo hay dos Bolivia y Ecuador y se trata de naciones precolombinas. Los otros dos que existieron fueron la Unión Soviética y la antigua Yugoslavia. Tampoco los estados federales de Alemania o de los Estados Unidos de América se consideran plurinacionales, pues forman una única nación.
Una reforma constitucional en el sentido confederalizante que propugna el PSOE para contentar a los catalanes independentistas sería repetir el nuevo error que se produjo al establecer las autonomías.
El sistema federalista que propugna el PSOE es diferente a los federalismos europeos o americanos, pues la soberanía no residiría en el conjunto de pueblo español sino en cada uno de esos pueblos “diferentes” que viven en la Península ibérica, gallegos, catalanes, asturianos, etc. Sería un paso más en la disgregación de España y además, los separatistas catalanes, aunque son menos de la mitad, lo que quieren es abandonar el sistema, no cambiarlo, quieren marcharse.
Las autonomías han terminado con la solidaridad entre las diversas regiones de España. No hay diferencia entre el “España nos roba” y la llamada deuda histórica y destrozan la igualdad de los españoles ante la ley que es la base de las democracia.
En 1977 nadie pensaba que se llegaría a perseguir el español en gran parte de España. Ese idioma, que lo hablan entre 500 y 600 millones de personas en todo el mundo, está no solo marginado sino perseguido en casi un tercio de España, por culpa no solo de los nacionalistas sino de gran parte de la izquierda e incluso por el fallecido Manuela Fraga. Para hacerse perdonar el hecho de haber sido franquista, aunque de los más aperturistas, se hizo más galleguista que nadie.
Aunque la inmensa mayoría de los españoles habla solo español o es bilingüe, en las comunidades en que se habla una segunda lengua, esa lengua regional la utilizan como instrumento de discriminación y, por ejemplo, un médico no puede trabajar en Andalucía, Mallorca o Madrid si no habla el idioma regional.
En Cataluña, al ser el catalán la única lengua vehicular en la enseñanza, el fracaso escolar de los castellanohablantes según Convivencia cívica catalana, es el doble que el de los catalono hablantes.
En Valencia doce ayuntamientos se han adherido para des castellanizar los apellidos y los nombres de los niños recién nacidos. En Asturias se quiere convertir en idioma oficial el bable, que no habla nadie, y cuyo proyecto costaría 73,1 millones de euros.
Las diversas autonomías tienden a aumentar las competencias, es decir su poder y a extenderse. Cultivan el agravio comparativo. pues no es posible que España robe a todas.
Se debería terminar con el Estado de las Autonomías bruscamente como recomienda VOX o al menos reformar la Constitución para que se le devuelva al Estado las competencias de Interior, Educación y Sanidad y una reforma de la legislación que garantice poder estudiar en cualquier
sitio de España en español.
También es necesario cambiar el sistema electoral. Todos los votos deberían valer igual para que no se de la situación que los nacionalistas, con menos del 1 % de los votos, puedan cambiar un gobierno.
Enrique Gómez Gonzalvo 30/08/2018 Referencia 327