
Las comunidades autónomas nacieron para contentar a los llamados nacionalismos históricos, catalanes y vascos, y que aceptaran el orden constitucional. Incluso para que Castilla no tuviera tanto peso demográfico, geográfico e histórico, que hubiera dejado a los catalanes en nada, se troceó y se crearon las comunidades de Madrid, Castilla La Mancha, Castilla León, Andalucía, Cantabria y La Rioja. Segovia estuvo a punto de ser autonomía pues pensaban que si la Rioja lo era, porqué no Segovia.
Cuarenta años después de aprobada la Constitución, los nacionalismos catalán y vasco, que entonces parecía moderados, se han transformado en grupos supremacistas xenófobos y el nacionalismo se ha extendido como la pólvora sobre todo por las comunidades que tienen idioma regional (Cataluña, País Vasco, Galicia, País Valenciano, Baleares). Incluso comunidades que no tienen idioma propio, como Asturias, tratan de resucitar el bable, idioma que ya no habla nadie, para decir que ellos también son diferentes.
Pero hay más. En Canarias Paulino Rivero coincide con Urqullu, el lendakari vasco, en que España precisa de un modelo que avance en el reconocimiento de la diversidad del Estado y donde los hechos diferenciales sean asumidos con naturalidad y quiere que Canarias sea una nacionalidad para definir su futuro. También debe pensar que ellos pertenecen a una raza superior, la raza guanche, aunque guanche en Canarias no quedó ninguno; allí todos son peninsulares con algunos francos, pues así era como se llamaba a los franceses durante la Edad Media. Continuando con el esperpento no quieren solo una autonomía sino dos, una para Gran Canaria y otra para Santa Cruz de Tenerife. Y… ¿que dirán los de la Isla de Hierro?
Todas las autonomías viven de marcar las diferencias con el resto, coinvertirlas en privilegio, de quejarse ante el estado central y tratando de arrancar competencias al Estado.
Se les ha dado todo el poder a los nacionalistas, quitándoselo al Estado. Se ha convertido a España en 17 entes a semejanza de los reinos de taifas en que quedó convertido el Califato de Córdoba, circunstancia que fue aprovechado por los reinos cristianos para llegar hasta el Guadalquivir. Hay 17 libros de texto para estudiar la historia de España, uno por cada autonomía, diciendo cosas distintas y en muchos sitios no se estudia historia de España sino historia contra España.
No hay igualdad de oportunidades de todos los ciudadanos. Hay comunidades en las que los niños pueden estudiar en su idioma materno y en otras esto no es posible. En gran parte de España no se puede acceder a un puesto público si no se habla la lengua regional que, además, siempre es minoritaria.
Han suprimido la solidaridad entre las diversas regiones de España. Especialmente Cataluña y Aragón, fueron las responsables de la no puesta en marcha del Plan Hidrológico Nacional, poniendo en peligro el tipo de agricultura con plásticos de Almería, Huelva y parte de Cádiz que necesita gran cantidad de agua que se pierde en el mar.
Se pensaba que las autonomías, al acercar los ciudadanos a la Administración se administrarían mejor los recursos y lo que han conseguido es aumentar la burocracia y el gasto público.
Enrique Gómez Gonzalvo 29/06/2018 Referencia 296
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