Hace 5 años, con motivo de la presentación del primer volumen de sus memorias, el ex presidente José María Aznar afirmó : “antes se romperá la unidad de Cataluña que la de España”
En Cataluña la alianza de separatistas y de parte de la izquierda, que es la que manda desde hace 35 años, puso en marcha el odio a España. El racismo y la xenofobia estaban ya desde Pujol, que en 1974 en su libro La inmigración, problema y esperanza de Cataluña, dijo “El hombre andaluz no es un hombre coherente. Es un hombre anárquico, es un hombre destruido, es, generalmente, un hombre poco hecho, un hombre que vive en un estado de ignorancia y de miseria cultural, mental y espiritual. Es un hombre desarraigado, incapaz de tener un sentido un poco amplio de la comunidad. Si por la fuerza del número llegase a dominar, destruiría Cataluña”.
Los componentes de esa alianza (separatistas y la izquierda) odian todo lo español y lo más español es la lengua. Por esto pusieron en marcha la inmersión lingüística en los colegios, continuaron con la erradicación en organismos oficiales y en la administración y Héctor López, de Ezquerra Republicana, propuso que debería privarse de la ciudadanía catalana a todos aquellos que no hablaran catalán o no lo quisieran hablar.
Junto a la persecución del español se puso en marcha el adoctrinamiento político que, para Boadella, más que un adoctrinamiento es una doma, pues solo así pudieron formar esa cadena humana de unos 400 Km el 11 de septiembre del 2013 para amenazar con la independencia.
El independentismo esté llevando a la ruina a Cataluña, hasta ahora una de las regiones más ricas de España. Su deuda es de 77.000 millones de euros que equivalen a dos presupuestos completos de la Generalidad. Hace más de 6 años, lanzaron los famosos bonos patrióticos que ningún catalán compró y mucho menos los Pujol que tienen el dinero en Madrid o fuera de España y los tuvo que adquirir el Estado español. Eran los tiempos del tripartito cuando la economía de Cataluña entró en barrena. Todas las empresas catalanas de Ibex y en total más de 3.000 huyeron de allí. Freixenet dijo recientemente: si gana otra vez el independentismo, el último que apague la luz.
No solo han conseguido enfadar a toda España sino que el odio se ha extendido a los catalanes no independentistas y han dividido esa sociedad en dos mitades, de manera que, si no se impone la ley, si mañana no hay bofetadas será pasado mañana. Hoy el objetivo preferido del odio es Inés Arrimadas y lo que representa.
Mientras los no independentistas estaban callados parecía que no pasaba nada, pero en cuanto esa población que representa más del 50 % ha visto que la iban a machacar y que iban todos a la ruina, salió a la calle el pasado 9 de octubre y desde entonces nada será igual. Fueron más de un millón de manifestantes, sin odio pero contrarios a la independencia, con sus banderas españolas para defender al rey, a su país, a su régimen constitucional y en definitiva la unidad de España. Fue la mayor movilización que se ha producido en España desde el asesinato por ETA de Miguel Ángel Blanco y quizá sólo superada por las más de 300.000 personas, para la población de aquella época, que aplaudieron a los soldados catalanes voluntarios del Tercio de Montserrat al mando del teniente coronel Yagüe para la liberación de Barcelona del terror rojo.
Pablo Iglesias, que unos meses antes había gritado ¡Visca Cataluña libre y soberana! calificó a estos manifestantes de fascistas y anunció que, como reacción de los constitucionalistas ante la ruptura de España y la proclamación de la República Catalana, se había despertado el monstruo y que volvía el fascismo.
El día 16 del pasado mes de enero fue presentada en público la plataforma Tabarnia por su auto nombrado presidente Boadella, con humor, pero con la advertencia que esta comunidad en Cataluña permanecería unida a España si el proceso de independencia continuara. Con respecto a los «rasgos diferenciales» afirmó: «Yo creo que los tabarneses no tenemos. No queremos tener rasgos diferenciales. Individualmente, somos todos diferentes, pero colectivamente, nada de nada». Y terminó con esta frase: “Visca Tabernia que quiere decir Viva España”
La Cataluña que se ha rebelado es la que no sigue a Pujol, la que no quiere destruir España porque ella es España, la que no tiene el poder institucional pero se resiste porque no quieren ser esclavos y un millón de personas con banderas españolas tiene mucha fuerza.
Enrique Gómez Gonzalvo 05/04/2018 Referencia 286