La república es una forma de gobierno que nada tiene que ver con la democracia, con las libertades, con la derecha o con la izquierda, con conservadores o revolucionarios.
Los tres intelectuales más populares de la época eran de tendencia conservadora y apostaron, al menos al principio, por la República. Se trata de Ortega, Unamuno y Marañón. En cuanto a Manuel Azaña, presidente de la República hasta el comienzo de la Guerra civil, no era ni socialista ni comunista sino de Izquierda Republicana.
ORTEGA Y GASSET Fue el filósofo más importante del siglo XX además de buen escritor, pero pésimo político. Siguiendo a los regeneracionistas del XIX su ideología se basaba en el descrédito de lo español frente a lo europeo y que alcanzó su más célebre y estúpida expresión en la frase: “España es el problema y Europa la solución”.
Con orientación predominantemente republicana, él se consideraba que formaba parte de una minoría rectora que debería encauzar la vida del país empezando por la política.
Su gran error fue no intentar reformar desde dentro el régimen de la Restauración en lugar de apostar por aquella República, de la que pronto diría “no es esto, no es esto”
GREGORIO MARAÑON Junto con Ortega y López de Ayala, formaron la Agrupación al servicio de la República. Los tres huyeron tras el inicio de la Guerra Civil y, desde el extranjero, manifestaron su apoyo a Franco.
MIGUEL DE UNAMUNO. Típico representante de la Generación del 98, filósofo, creyente, errático en política. Combatió la dictadura de Primo de Rivera por lo que fue desterrado a Canarias, contribuyó a la caída de la Monarquía y a la proclamación de la República, apoyó la sublevación del 18 de Julio, se enfrentó con el general Millán Astray por un discurso muy violento que pronunció en el paraninfo de la Universidad de Salamanca y de donde salió del brazo de Dª Carmen. Finalmente fue destituido por Franco de rector de la Universidad falleciendo poco después. Su ataúd fue llevado por varios falangistas. Pronunció la célebre frase “venceréis, pero no convenceréis”.
MANUEL AZAÑA. Buen escritor, de tremendo miedo físico, débil de carácter. Autor de frases estúpidas y siniestras como “España ha dejado de ser católica” o la que pronunció ante la quema de conventos e iglesias: “Todos los conventos de Madrid no valen la vida de un republicano”. No se trataba de matar a nadie, don Manuel, sólo de mandar a la Guardia Civil. Los asesinatos de católicos y representantes de la derecha política, continuaron durante los primeros meses y ello contribuyó al alineamiento de los bandos en la guerra civil.
Ortega decía de él “que no tenía ideas, sino ocurrencias. En la Velada en Benicarló hizo un análisis perfecto de la situación política, pero después no hizo nada. Acertó cuando dijo: con Franco nos entenderíamos mejor, nosotros, nuestros hijos o nuestros nietos, pero no con Negrín.
El cambio en la orientación política de todos ellos se debió a la bolchevización del Partido Socialista, con Largo Caballero y Negrín a la cabeza.
Enrique Gómez Gonzalvo, 29-03-2018. Referencia 200