LA CORRUPCIÓN EN LA ÉPOCA DE FELIPE GONZÁLEZ
Dada la naturaleza humana la corrupción es inevitable y más en España con una Administración tan disparatada que mantiene en nómina a unos 100.000 profesionales de la política en ayuntamientos, diputaciones, comunidades autónomas, parlamentos, empresas públicas y en el gobierno central.
La reacción de los políticos ante la corrupción, en general, ha sido cruel y miserable. La mayor parte de la gente no es tan repugnante como ellos.
Es necesario explicar a los jóvenes que la corrupción del Partido Popular, aunque es la que más ha salido en la prensa, es pequeña si la comparamos con la del PSOE sobre todo en la época de Felipe González.
En el Partido Socialista la corrupción comenzó con la expropiación de Rumasa. Si es verdad que estaba quebrada, debería haber ido a concurso de acreedores, pero Alfonso Guerra dijo “to pal pueblo” y la expropiación nos costó a los españoles 2 billones de pesetas. De ella se beneficiaron muchos amigos de los políticos en el poder, como Gustavo Cisneros, amigo de Felipe González, en cuyo yate veraneaban Miguel Boyer e Isabel Preysler. Gabriel Cisneros se quedó con Galerías Preciados con un contrato mínimo de 6 años y a los 3 lo vendió con importante plusvalía.
Dos vicepresidentes de González cayeron por corrupción. Guerra montó un despacho a su hermano Juan, al lado de la Junta de Andalucía, en el que por un cafelito cobraba la mordida y los trámites se agilizaban. Solo terminó cuando su esposa, despechada, le denunció. Narcis Serra, el vicepresidente de los pies planos, el que fue a la primera guerra de Irak con dos fragatas acompañado a Marta Sánchez para que cantara los soldados del amor, el gran espía, el espía de todos los espías, al final tuvo que dimitir porque espió hasta al rey Juan Carlos, gravando las conversaciones del monarca comentando y hablando de sus novias con sus amigos. Posteriormente, nombrado presidente de Caixa de Cataluña, compraba participaciones de cualquier empresa y así le hacían miembro del Consejo de administración. Le acusaron de administración desleal por haber aumentado los sueldos de los directivos de forma desproporcionada mientras la entidad estaba en una situación de insolvencia. Fue imputado tras encontrar un agujero negro de 700 millones de euros entre 2000 y 2007. Le pidieron 4 años de cárcel, pero si dice que lo hizo por amor, por amor a Cataluña, se quedó en nada.
El ministro Solchaga tuvo que dimitir cuando se descubrió que tenía una cartera de valores en bolsa, porque con sus declaraciones podía hacerla subir o bajar.
Mariano Rubio, director del Banco de España, el que firmaba los billetes, dimitió porque le pilló el diario El Mundo con una cuenta con Manuel de la Concha, el de la bolsa.
Roldán, el director General de la Guardia Civil fue a la cárcel pues robó hasta las huchas de los huérfanos de la Benemérita y cobraba comisión de los cuarteles que construía.
También fueron a la cárcel en aquella época el Director General de la Guardia Civil, la Directora de la Cruz Roja, la del BOE, el Director General del Banco de España, dos ministros (Barrionuevo y Roldán), un subsecretario (Vera) y muchos más.
En Andalucía el PSOE ha sido una máquina de robar. Dos ex presidente han sido condenados por malversación y prevaricación en el reparto arbitrario de 850 millones de euros de dinero público destinado a los parados, José Antonio Griñán a 6 años de cárcel y Manuel Chávez a 6 años de inhabilitación y hay 200 imputados más.
Bono y Zapatero intentando vender dos barcos de guerra a Venezuela, a lo que se opuso EE UU porque tenían tecnología punta americana, pero a Bono no lo han tocado porque, cuando era Ministro de Defensa rompió un armario para llevarse los papeles del CESID.
El punto cumbre de la miseria moral fue el caso GAL con 27 asesinatos y el secuestro de Antonio Marey. Felipe González era el responsable, pero se negó a asumir todo tipo responsabilidad. Debería haberse declarado el único responsable y decir que se equivocó, pero que lo hizo porque entonces la situación de España ante ETA, sin la colaboración de Francia, era desesperada. No tuvo la grandeza de Margaret Tacher que, ante los terroristas del IRA abatidos en Gibraltar, afirmó en el Parlamento: he sido yo. La oposición se sentó y todo terminó. Felipe, miserablemente, mandó a su ministro José Barrionuevo y al subsecretario Rafael Vera a la cárcel, mientras ellos a la puerta de la cárcel jugaban a la rueda la patata.
En el Partido Popular, los dos casos de corrupción más llamativos han sido el caso Bárcenas, cuya cuantía es de 50-60 millones y el Caso Gurtel cuyo importe es de 50 a 100 millones. La gravedad del Caso Bárcenas, “los sobres del PP”, aun siendo una cantidad importante, radica en que está implicada la cúpula del partido con las únicas excepciones, al parecer, de Esperanza Aguirre y de Alberto Ruiz Gallardón. Todos recibieron sobres en negro como complemento a sus emolumentos oficiales.
Enrique Gómez Gonzalvo. Actualizado 21-11-2022. Referencia 122
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