
El anticlericalismo, el que se refiere a la religión católica, solo existe actualmente en Europa y es especialmente intenso en España. No lo hay ni EE UU ni en toda América ni en Oriente Medio donde la Iglesia católica es masacrada por otras culturas.
Durante la Edad Media los clérigos tuvieron una gran influencia en la sociedad hasta la aparición del humanismo, movimiento intelectual, filosófico y cultual estrechamente ligado al Renacimiento, que apareció en Europa en el siglo XIV. Consistió básicamente en que el teocentrismo medieval fue sustituído por el antropocentrismo y así comenzó la secularización de la vida pública, pero el humanismo renacentista se realizó dentro de la Iglesia y no era anticlerical.
En el siglo XVII apareció la filosofía moderna con el Racionalismo de Descartes y la ciencia, cuyo primer representante fue Galileo Galilei.
En el XVIII se inició la Ilustración con su idea de progreso y con ella, sobre todo en Francia, comenzó el anticlericalismo y la persecución de la Iglesia católica. “Destruid al infame” diría Voltaire (el infame se refería a la Iglesia Católica).
La persecución se intensificó con la Revolución francesa, con la Masonería y continuaría con el socialismo y el comunismo. Especialmente intensas fueron las persecuciones en la Rusia soviética y durante nuestra Guerra civil, donde fueron fusilados más de 8.000 personas por el mero hecho de ser católicas.
En el resto de Europa el anticlericalismo ha disminuido, pero todavía en la Constitución europea, a instancia de Giscard D Estaing, se negaron a hacer constar en el preámbulo las raíces cristianas, aunque Europa no se comprenda sin el cristianismo como Arabia no se comprende sin Mahoma.
En Europa hay y debe haber libertad religiosa, como libertad de expresión, de asociación, de manifestación, de empresa, de comercio, de lengua, sexual, etc. y, como dice la Constitución americana, el individuo debe ser libre para intentar buscar cada uno su felicidad.
Individualmente se puede ser ateo, agnóstico, no practicante, musulmán, hinduista, budista o lo que se quiera, pero Europa, si no se quiere suicidar, no puede renegar de sus raíces cristianas, no puede eludir en los tratados las referencias religiosas, no puede hacer desaparecer el sentimiento religioso en las manifestaciones culturales. No puede situar a todas las religiones en el mismo status y no puede separar la religión de lo público, reservándola solamente a lo privado.
No puede decir como Nicole Ceaucesco, el último déspota comunista de Rumanía: “no abriré las fronteras a las religiones, para volver a las supersticiones del Medievo”. Ceaucesco fue ejecutado por el pueblo rumano el 26 de Diciembre de 1989 tras la caída del Muro de Berlín).
la democracia nace y se expande en el mundo solo en los países cristianos y no todas las religiones son iguales. La católica es la más favorable a la libertad y a la igualdad.
El cristianismo, con un fundamento humanista, se adelantó en mucho tiempo a Smith y a Hayek en la defensa de las virtudes del libre mercado y, al admitir la dignidad del hombre, se establecieron las bases del liberalismo.
No se puede avanzar en la descristianización, tratando igual a todas religiones, incluso a aquellas que desde sus centros de culto se predica el odio a Occidente y, aunque el Estado debe ser aconfesional y no puede haber una religión oficial, los poderes públicos deben tener en cuenta las creencias religiosas de la sociedad.
Enrique Gómez Gonzalvo 16/12/2017 Referencia 55