JUZGAR AL FRANQUISMO 

 ¿Qué autoridad moral se arroga la izquierda para juzgar al franquismo’? ¿En nombre de quién? ¿En nombre de Santiago Carrillo que en Paracuellos mandó asesinar a 5.800 personas, muchos de ellos niños, y que estaba al servicio de unos de los más grandes criminales de la historia llamado José Stalin? ¿En nombre  de Indalecio Prieto, el impulsor del golpe contra la República del 34, por el que pidió perdón a España y a los españoles antes de morir en Méjico y cuyos escoltas asesinaron al jefe de la oposición Calvo Sotelo?

 

La proclamación de la República el 14 de abril no fue consecuencia de un referéndum para determinar la forma de gobierno, monarquía o república, sino que se trataba de unas elecciones municipales, en las que previsiblemente habían ganado los  partidarios de la República.  A ello hay que añadir la reacción del rey  Alfonso XIII que  abandonó el poder y huyó a Italia, presa de pánico porque sus primos los zares de Rusia habían sido fusilados  13 años antes,  y  sufría una profunda depresión por el reciente fallecimiento de su madre.

 

La primera reacción de los republicanos fue, no solo la quema de conventos, sino también de iglesias y de las bibliotecas de jesuitas y dominicos. De ellos ha aprendido Rita Maestre, cuando entró en la capilla de la Complutense y ante los feligreses y el cura que estaba celebrando misa gritó ¡Arderéis como en el 36! ¡Vamos a quemar la Conferencia Episcopal¡

 

La causa del fracaso de la Segunda República fue la inaudita violencia de palabra y de obra de unos dirigentes izquierdistas que no se cansaron de sembrar el odio, de apelar a la violencia, de predicar venganzas, de organizar revoluciones, de anunciar exterminios, de promover asesinatos y de desear guerras civiles.

 

En 1934 el Partido socialista, no aceptando la derrota electoral del año anterior, dio un golpe de Estado contra la República, que esto fue la Revolución de Asturias, en la que se produjeron 1.400 muertos y que fue aprovechada por Cataluña para proclamar la República catalana.

 

La Guerra civil la  predijo Besteiro, que representaba la facción moderada del PSOE: “Van a la guerra civil, que además no tienen ninguna seguridad de ganar”. Y  solo cundo cuando los escoltas de Indalecio Prieto mataron a Calvo Sotelo, jefe de la oposición,  se rebeló una parte del ejército, porque, como dijo Gil Robles, media España no quería morir.

 

Aunque la legitimidad del  general Franco está basada en una guerra,  a comienzos de la contienda le apoyaron   el 50 % de los españoles y tras el gran salto económico de los años 60, posiblemente el 75 %.

La izquierda actual da a entender que en la guerra sólo se produjeron crímenes en el bando franquista. Y es que la izquierda en España no evoluciona,  el mundo no ha cambiado para ella. Toda la derecha será siempre mala y la izquierda siempre buena.

 

        Enrique Gómez Gonzalvo   11/12/2017 Referencia 235

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 

 


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