El capitalismo no es suficiente para crear riqueza. Haití tiene un sistema capitalista y es el país más pobre de América.
Tampoco la democracia es imprescindible. Lo demuestra Singapur, una dicta blanda, mano dictatorial en guante capitalista regida por la dinastía familiar. Con Lee Kuan Yew ha pasado de una situación tercermundista, con menos de 500 dólares per cápita, a situarse como uno de los países más ricos del planeta con cerca de 60.000 dólares.
Lo fundamental para crear riqueza es la libertad económica, sinónimo de liberalismo económico. Se basa en dejar a los ciudadanos que produzcan o consuman lo que crean conveniente guiados por su egoísmo y sin intervención del Estado, en un mercado libre, sin monopolios y no sujeto a las grandes corporaciones. Todo ello acompañado de protección a la propiedad en un estado de derecho.
La Fundación Heritage, centro de investigación política fundado en 1973 en EE UU cada año elabora un índice de libertad económica de todos los países del mundo. Ha llegado a la conclusión de que los países que ocupan los primeros lugares en el ranking, que son los que tienen más libertad económica y en los que se practica lo que los enemigos del capitalismo llaman “neoliberalismo salvaje”, son también los que su economía suele ser muy próspera.
De una lista de 178 países, Hong Kong ocupa el primer lugar, seguido por Singapur, Nueva Zelanda, Suiza, Australia, Canadá, Chile, Irlanda Estonia y Reino Unido. España ocupa el puesto 43.
A muchos socialistas les sorprenderá que en los 38 primeros puestos figuren Dinamarca, Países Bajos, Bélgica, Noruega y Suecia. Estos países que hace 20-30 años eran el referente de la social democracia, ahora se han convertido en un referente liberal abriendo los mercados y reduciendo el gasto y los impuestos. Esto nos indica que, a pesar de todos los enemigos, el liberalismo avanza mientras el socialismo retrocede.
También se ha llegado a la conclusión que en los países que ocupan los primeros lugares del ranking hay menor corrupción.
Los enemigos del liberalismo están en la derecha y en la izquierda, entre los falangistas, socialistas y comunistas.
Si este mundo fuera más honesto veríamos a más intelectuales, profesores, artistas, periodistas y estudiantes, defendiendo el liberalismo y el capitalismo, elogiando las bondades del sistema que ha derramado el cuerno de la abundancia sobre la humanidad, erradicando pestes y hambrunas.