Los segadores es el himno oficial de Cataluña. Se basa en la sublevación que tuvo lugar en el año 1640, la llamada Guerra de los Segadores.El 7 de Junio de ese año, día del Corpus, en el contexto de la guerra de los Treinta Años, se produjo un incidente en la calle entre un grupo de segadores y algunos soldados del ejército real, destinados en Cataluña, por la guerra contra Francia, por la pretensión de que fueran alojados en sus domicilios. Se produjeron algunos muertos, en ambos bandos, lo que desencadenó un alzamiento armado de payeses y campesinos por las diversas comarcas gerundenses, ocasionando la muerte del virrey.
La revuelta de los empobrecidos campesinos, dirigida en principio contra los soldados del rey, derivó a la nobleza y a los ricos.
Los gobernantes catalanes, conscientes de su incapacidad de reducir la revuelta y de sus limitaciones para dirigir un estado independiente, se aliaron con el enemigo de Felipe IV: Luis XII y el cardenal Richelieu. El Conde Duque de Olivares (valido de Felipe V) preparó un ejército para recuperar Cataluña y la Diputación catalana pidió a Francia apoyo armamentístico.
En 1641 Cataluña se sometió voluntariamente al rey de Francia y la Generalidad proclamó Conde Barcelona y soberano de Cataluña al rey Luis XIII de Francia, como Luis I de Barcelona.
En 1648, con el Tratado de Westfalia, Francia comenzó a perder interés por Cataluña. Felipe IV, conocedor del descontento de la población catalana porque los franceses se comportaban cada vez más como un ejército de ocupación, consideró que era el momento para atacar y en el 1651 se produjo el asedio de Barcelona, y se rindió al año siguiente.
España y Francia firmaron la paz en el tratado de los Pirineo en 1659 y así volvió Barcelona a la Corona española, no sin entregar definitivamente el Rosellón y la Cerdeña al rey Luis XIII de Francia.
La Diada es la fiesta oficial de Cataluña que se celebra el 11 de Septiembre. Conmemora la entrada de Felipe V en la Barcelona derrotada, terminándose así la guerra de Sucesión a la Corona de España.
No fue una guerra de España contra Cataluña en la que ésta perdiera las libertades. En 1714 no hubo fin de las libertades de Cataluña porque en aquella época en ninguna parte había libertad, lo que si fue el fin de los privilegios de la clase dominante y el comienzo del proteccionismo de la incipiente industria catalana.
Fue una guerra dinástica en la que se ventilaba la sucesión a la Corona de España y nada más. Al morir Carlos II sin descendencia, había dos pretendientes a la Corona de España: Felipe de Anyou, nieto del rey de Francia Luis XIV, cuyo principal apoyo lo encontró en la Corona de Castilla y el Archiduque de Austria que lo apoyaba casi toda la Corona de Aragón. Inicialmente Cataluña se decantó por Felipe V, pero los austracistas les prometieron a las 5-6 familias de Barcelona, los descendientes de la época feudal, esos que mandaban entonces y siguen mandando ahora, que les conservarían los fueron si se pasaban a su bando. En realidad fue una guerra por dinero, que en esto consistían los fueron, en pagar menos a la Corona española.
Felipe V unificó políticamente la nación. Con el Decreto de Nueva Planta, suprimió los fueros, las fronteras, los privilegios locales y centralizó la administración. Los fueros solo beneficiaban a la oligarquía catalana y la supresión de las fronteras favoreció el comercio y la incipiente industria y en el siglo XVIII Barcelona casi triplicó su población.
Con Felipe V terminó lo que había comenzado en el Pirineo central, en una pequeña franja que comprendía los valles alrededor del río Aragón, de Ansó y de Hecho, cuyos habitantes presentaron resistencia a la ocupación árabe y buscaron la protección de la dinastía carolingia. La unión de los condados de Aragón, Sobrarbe y Ribagorza dio lugar al Reino de Aragón, que en 1164 con la incorporación de los condados catalanes, por matrimonio, pasaría a llamarse Corona de Aragón.
El siglo XIX también fué bueno económicamente para Cataluña especialmente en el último tercio, porque Cánovas, en los últimos años de su mandato protegió la incipiente industria textil catalana y porque la independencia de Cuba en 1898 atrajo capitales, que volvieron a España por la inseguridad jurídica de la nueva situación.
Enrique Gómez Gonzalvo. 21-02-2017. Enrique Gómez Gonzalvo Ref. 158