FRANCISCO FRANCO

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Nadie ha concitado de tal forma la adhesión y el odio de los españoles como Francisco Franco. Nació el 4 de Diciembre de 1892 de una familia modesta y problemática, un padre tarambana y alcohólico que acabó abandonando a la familia, una madre abnegada a la que idolatró y tres hermanos: Ramón, héroe de la aviación por la hazaña del Plus Ultra, Nicolás vividor y Pilar dicharachera.

 De poca estatura, voz aflautada, poco brillante en las aulas, introvertido, austero, desconfiado, pragmático, valor físico, frialdad de ánimo, cinéfilo, pescador y cazador. Llegó a África, a la legión española, que era si cabe más feroz que la  francesa, empezó a mandar soldados, interviniendo en más de 130 combates y se transformó en una persona deshumanizada, privado de compasión y empatía.

Aunque se le considera responsable, el  promotor de la conspiración contra el Gobierno de la República fue el General Mola que adoptó el nombre clave de El Director. Su proyecto era  constituir una Junta militar presidida por el general Sanjurjo. Franco, indeciso, no se sumó al Alzamiento hasta el  asesinato del Jefe de la oposición, Calvo Sotelo. Tras la inesperada muerte del General Sanjurjo, en una reunión de altos mandos militares en un aeródromo cercano a Salamanca fue nombrado Generalísimo de los Ejércitos y 7 días después   Jefe de Gobierno.

Franco y los generales sublevados no eran fascistas. No tenían un proyecto político como Hitler o Mussolini. Eran fundamentalmente anticomunistas, como tantos españoles, que fueron empujados a la sublevación por la deriva revolucionaria de la República,  pues sin la bolchevización del PSOE no hubiera habido  guerra civil.  A los sublevados le apoyó media España, la media España que se resistía a morir.

Una vez iniciada la guerra, la crueldad se dio en los dos bandos. En el  republicano se mataba simplemente por ir a misa como ocurrió  en Paracuellos,  donde fueron asesinados 6.000 personas, muchos de ellos niños, siendo comisario político Santiago Carrillo. En el bando nacional  también se produjeron casos de gran  crueldad.

Franco fue siempre fundamentalmente un militar. Despreciaba a los políticos. Repetida es la conocida frase que le dirigió a un alcalde: haga como yo, no se meta en política.

Su pensamiento era conservador: amante de la familia, del orden, de la propiedad privada. Lo más característico  era su anticomunismo. Esto fue una constante a lo largo de su vida, pero  no le llevó al liberalismo, a defender la libertad del individuo, pues ya sabemos que no hay nada más opuesto al comunismo que la libertad. Y es que él desconfiaba de la libertad que creía llevaría España, a los partidos políticos, al parlamentarismo, al sindicalismo, a la lucha de clases, a las huelgas, al desorden, al caos y en resumen, al desastre.

En su descargo tengamos en cuenta, que así como el siglo XIX fue el siglo del liberalismo, el siglo XX fue el de su descrédito y defunción. Fue el siglo de la aparición o desarrollo de los totalitarismos: comunismo, fascismo, nazismo.

Acertó en su anticomunismo, en contra de tantos defensores, que se llaman a sí  mismos intelectuales. Es la  ideología que ha producido 100 millones de muertos y la ruina en todos los países en que se ha establecido.

Nunca entendió que Occidente  no le aceptara si había derrotado al comunismo internacional. Y lo atribuyó a una conjura júdeo masónica y liberal  “que si a nosotros nos honra, a ellos los envilece”.

Su gran aliado fue la Iglesia. Protegió los valores familiares y morales ligados al catolicismo,  no en balde la República se inició con la quema de iglesias, la persecución continuó en los gobiernos republicano-socialistas y  se incrementó durante la guerra (8.000 sacerdotes asesinados, 4 obispos e incontables españoles por el mero hecho de ir a misa). Franco respondió al apoyo de la Iglesia dándole toda clase de privilegios. Por eso no comprendió cuando en el tardo franquismo, comenzó la oposición  de algunos obispos (Tarancón y Añoveros), gran parte del clero vasco (que además colaboraba con ETA), los curas obreros, etc.

Despreciaba a Don Juan, que no entendió nunca la Guerra  Civil. Intentó pactar con Franco,  Hitler,  Roosevelt,  Santiago Carrillo (estuvo  a punto de presidir la Junta Democrática). Por esto nombró sucesor al príncipe Don Juan Carlos a título de rey.

Lo que más ha preocupado  a la izquierda desde la Transición no ha sido  el paro, no han sido son las pensiones que no están aseguradas, no ha sido el secesionismo catalán. Lo que más le ha  preocupado ha sido Franco, enterrado  bajo  una losa de 1.600 Kg. Por eso borran el nombre de las calles de sus simpatizantes, sin tener en cuenta que a Franco le apoyaron a comienzos de la Guerra Civil el 50 % de los españoles y tras el gran salto económico de los años 60, posiblemente el 75 %.

Enrique Gómez Gonzalvo 13/02/2017. Referencia 20

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

           

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

           

           

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                                  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

           

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

           

           

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                                  


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