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La Iglesia está acomplejada ante la izquierda porque no quiere que le arrebate la bandera demagógica de la igualdad, de la caridad, que los progres llaman solidaridad, y ha caído en la demagogia defendiendo una tercera vía entre capitalismo y socialismo que nadie sabe en que consiste.
El papa Francisco cuando canonizó a Juan XXIII y a Juan Pablo II no demostró gran entusiasmo en el discurso de su santificación. De Juan XXIII dijo “a mí me gusta pensar en él como el papa de la docilidad al Espíritu Santo” y a Juan Pablo II lo definió como “el papa de la familia”. De ambos dijo que “tuvieron el valor de mirar las heridas de Jesús, de tocar sus manos llagadas”. ¿Qué quieren decir estas frases? Nada. ¿Qué quiso decir? No lo sabemos. Da la impresión que no sentía una gran simpatía por ellos.
En su visita a Cuba se mostró como el mejor amigo y aliado de los comunistas manifestando amistad y admiración hacia el perverso dictador: “Quisiera pedirle a usted señor Presidente, le dijo a Raúl Castro, que transmita mis sentimientos de especial consideración y respeto a su hermano Fidel. “
No queda todo ahí. Hace unos días después de canonizar a varios mártires de los 6.000 civiles asesinados hace 80 años por los comunistas en Paracuellos, auténtico genocidio cometido contra un grupo humano indefenso que sólo tenía en común el ser católicos, manifestó que “son los comunistas quienes piensan como los cristianos.”
Todo esto ha producido una gran desorientación y escándalo en el seno de la Iglesia pues ha roto con la postura de sus predecesores. La caridad cristina no es lo mismo que justicia social: caridad es darle al que no tiene, no porque sea justo, sino porque no tiene y porque somos hijos de Dios y todo eso.
Bergoglio ha equiparado la comunidad cristiana con una ideología responsable de un siglo de asesinatos, deportaciones, torturas y genocidio en nombre de la defensa de los pobres y parias del mundo y ésta no ha sido la postura tradicional de la Iglesia.
Pío XI en 1937 en su encíclica Divinis Refenplanis escribió que “el comunismo es intrínsecamente perverso”.
Juan Pablo II en la visita a Méjico en enero de 1979, calificó al marxismo de «un error antropológico». Junto a Ronald Reagan y Margaret Tacher formaron un magnífico equipo que logró desarmar las bases mismas del bloque soviético hasta el derrumbamiento del muro de Berlín.
Benedicto XVI instó a “la común y sincera” condena del nazismo y del comunismo, llamó al muro de Berlín “frontera de muerte” y dijo que todas las acciones de la dictadura comunista fueron «siempre inmorales.»
Las grandes persecuciones en la edad moderna contra los cristianos, aparte de la de la Revolución francesa, fueron producidas por los comunistas, durante la Revolución bolchevique de 1917 y en la Guerra civil española. La gran mayoría de los asesinados desde julio de 1936 en las checas de comunistas, socialistas o anarquistas lo fueron por ser católicos. Ocho mil sacerdotes, frailes y monjas fueron detenidos, torturados y asesinados.
Los comunistas, Francisco, no imitan a los cristianos, los matan.
Enrique Gómez Gonzalvo, Publicado 26/01/2017. Referencia 206
Enrique Gómez Gonzalvo, Publicado 26/01/2017. Referencia 206