
Rita Maestre, portavoz del gobierno municipal del Ayuntamiento podemita de Madrid, semidesnuda y 80 personas más con pinturas en la frente que decían puta, zorra, etc. asaltaron la capilla católica de la Complutense. Amenazaron de muerte al cura y a los feligreses que estaban celebrando misa sin molestar a nadie, y haciendo referencia a la persecución religiosa durante la Guerra civil , gritaron: ¡Arderéis como en el 36! ¡Vamos a quemar la conferencia episcopal! ¡Me cago en Dios! ¡El papa no nos deja comernos las almejas! ¡Contra el Vaticano, el poder clitoriano! ¡Sacad vuestros rosarios de vuestros ovarios! etc.
La Fiscalía de Madrid consideró el asalto a la capilla y los gritos que profirieron como “un delito contra los sentimientos religiosos de los allí presentes y de todo el colectivo católico” y solicitó por ello un año de cárcel para Rita Mestre.
En el juicio, la juez Esther Arranz Cuesta consideró que la acusada «era consciente del lugar en el que se encontraban y, en el contexto de la ridiculización de la postura de la Iglesia católica, realizaron actos vejatorios y ofensivos, atentaron al debido respecto al altar y su significado, y de tales actos se infiere una clara intención de ofender o menospreciar los sentimientos religiosos». La declara culpable y la condena a pagar 4.320 euros más la mitad de las costas.
La fiscal Marisa Moreno pidió que se confirmara la condena y declaró que Rita estaba en su derecho de declararse puta o lo que ella quisiera, pero su conducta implicaba un ánimo de ofender.
El día 19 de diciembre la Audiencia Provincial de Madrid absolvió a Rita del delito de ofensa, ya que su intención no era ofender sino quejarse de que se cediera un espacio público a la Iglesia. «Su única intención era la de protestar, quejarse de la actitud de la jerarquía católica con las mujeres y reivindicar la separación entre la Iglesia y los poderes del Estado». De forma que se juzgó “la intención” y no los actos delictivos que cometió.
En sólo 48 horas, más de 25.000 personas, con sus firmas, a través de la organización Manos Libres exigieron al Consejo General del Poder Judicial que pidiera perdón a los creyentes por dejarlos indefensos frente a determinados grupos sociales y políticos.
Cuestión aparte es que la portavoz del gobierno municipal de Madrid cuando dijo “arderéis como en el 36” debería saber que no fue en el 36 sino en el 31 cuando ardieron las iglesias. Tras la proclamación de la Segunda República, alrededor de cien iglesias y conventos ardieron total o parcialmente en toda España, se destruyeron objetos del patrimonio artístico y litúrgico, se profanaron algunos cementerios de conventos y varias personas murieron y otras resultaron heridas. De forma que podría haber dicho “arderéis de uno en uno como en el 31”
Lo que sucedió en el 36, Rita, fueron los fusilamientos en masa de católicos y derechistas, incluso niños, en Paracuellos del Jarama, la mayoría de ellos simplemente por el delito de ir a misa. Sus restos todavía están en las cunetas. En el monte de Paracuellos hay una cruz grandota hecha con piedras blancas que sólo se ve por avión y que está desvaída por el tiempo y amortizada por la reconciliación nacional hasta que la izquierda en España con Zapatero decidió reabrir las trincheras de la guerra civil, idea que han recogido con entusiasmo los comunistas de Podemos.
Enrique Gómez Gonzalvo, 14-01-2017. Referencia 154