La base del pensamiento europeo es la ideología judeocristiana de los últimos 2.000 años, pero descristianizada y con el añadido de un fuerte componente socialista que predica una gran participación del Estado en la vida del individuo.
En la génesis de esta ideología tuvo gran influencia el Mayo del 68. Fue aquél un movimiento libertario en el que se proclamaba el aborto, el amor libre, la ausencia de autoridad, la supresión del servicio militar, de la autoridad del profesor y de los exámenes para evitar traumas en los niños, etc. Su eslogan fue prohibido prohibir.
Es la ideología nihilista-relativista, que consiste en no creer en nada, en el todo vale, en pensar que todas las culturas son buenas. Creen que no hay principios universales que obligan a todos, que la verdad depende de cada uno y que no hay verdades absolutas. Son pacifistas hasta el punto que dicen no merece la pena luchar ni cuando nos atacan y negociar equivale a ceder. La vida es de color rosa, que diría Bermejo, ministro que fue de Zapatero. El significado de la existencia es pasarlo bien.
Dentro de estas normas generales existen diversas corrientes.
Partidos socialdemócratas. Pretende conseguir la igualdad, no mediante la revolución como los comunistas, sino a través de la democracia parlamentaria. La base es el llamado estado de bienestar que consiste en que el Estado se preocupa del individuo garantizando sus necesidades básicas, desde la cuna hasta el entierro, mediante impuestos elevados.
Partidos conservadores, demócratas cristianos o liberales. En general, creyentes o agnósticos, siguen con los valores tradicionales de la civilización cristina. Quieren progresar, pero conservando todo lo bueno que las generaciones anteriores nos han legado. La idea de la propiedad está muy arraigada y consideran que este derecho es uno de los fundamentales del individuo. La diferencia entre demócratas cristianos y liberales es que los primeros hacen más hincapié en los valores cristianos y los segundos en las libertades individuales.
Partidos comunistas. Aunque tienen escasa representación, la influencia que el comunismo ha dejado en Europa ha sido inmensa, sobre todo entre los intelectuales, en la universidad, en el periodismo, en los medios de comunicación, en los artistas, en los sindicatos e incluso en la Iglesia Católica. La Comunidad Europea que condenó el nazismo, ha sido incapaz de hacerlo con el comunismo.
Partidos de extrema derecha. Xenófobos, anti judíos, ultranacionalistas, anti americanos y socialistas en lo económico, su difusión es escasa.
En resumen, los grandes partidos de Europa son moderados, sin grandes diferencias entre ellos. Lo que no hay son partidos extremistas, fascistas, autoritarios, militaristas, ultranacionalistas, fanáticos religiosos. Tampoco partidos que no crean en la virtud de convivir con el que es diferente, en el pluralismo inherente a toda sociedad y en la alternancia democrática en el gobierno.
Enrique Gómez Gonzalvo, 31-12-2016 Referencia 146
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