
El marxismo es la teoría política de Carlos Marx. Nacido en 1918 en Alemania, en el seno de una familia burguesa, judía, su abuelo abandonó dicha religión por el protestantismo. De joven era bohemio, desordenado, mujeriego, soberbio y ególatra. Después de dilapidar la fortuna de su esposa y de tener un hijo con la sirvienta, a la que no le pagaba el sueldo, se hizo amigo del millonario inglés Federico Engels, que sabía de economía más que él. Se trasladó a Londres para estar a su lado y a su costa vivió el resto de su vida.
Toda la palabrería de Marx se basa en la tentación luciferina de querer ocupar el lugar de Dios. Se creen dioses, los dioses de los hombres y nos dicen lo que tenemos que hacer. Se trata de mandar sin límites sin el menor respeto a la libertad de los demás mortales.
Su inspiración está en el milenarismo, que es la doctrina que tuvo gran influencia en la iglesia en el siglo II, según la cual Cristo volverá a reinar sobre la tierra durante mil años.
La fuerza del marxismo radica en que es una religión y sustituye al catolicismo, el partido comunista a Dios y la generación del proletariado, que será necesario sacrificar, a Cristo.
Su objetivo es liberar a la humanidad del sufrimiento de la explotación del hombre por el hombre y alcanzar, como dice La Internacional, el fin de la opresión, el cielo en la Tierra, es decir, la felicidad.
Esta forma de alcanzar la felicidad, término dieciochesco, los marxistas la copiaron de la Revolución francesa. En cambio los liberales que redactaron la Constitución americana, consideraron la búsqueda de la felicidad como un sagrado derecho individual.
Para alcanzar el cielo, sinónimo del más allá, de la trascendencia, de la gloria, de la felicidad, para los católicos hay que merecerlo, hay que ganarlo con nuestras buenas obras. Para Marx el cielo se asalta mediante la revolución. Por eso “matar es un triste deber revolucionario” y por eso Mao le dijo a Nixon que sacrificaría 300 millones de chinos para implantar el comunismo universal. Monedero ha dicho “los banqueros deben temernos” refiriéndose al terror que deben suscitar los cien millones de muertos que el comunismo ha producido en el mundo desde que llegó al poder en la Rusia de 1917
Esta es la ideología que adoptaron Lenin, Trosky, el ejército rojo y Stalin en la URRS. Mao en China. Pol Pot en Camboya. Abismal Guzmán, de Sendero Luminoso en Colombia. Fidel Castro en Cuba. Kim Jong en Corea. Los curas de la teología de la Liberación en El Salvador. Chávez en Venezuela.
Enrique Gómez Gonzalvo 22–11–2016. Referencia 129