Hay diferentes criterios para medir la pobreza. La imagen que todos tenemos de pobre es la de una persona que tiene dificultades para alimentarse.
Para el Banco Mundial pobre es el que dispone de 2 dólares diarios y pobre extremo el que dispone de menos de 1,5. Para la Unión Europea cuando una persona cobra menos del 60% de la renta media del país, está en el umbral de pobreza. En EE UU pobre es el que dispone de menos de 20 dólares al día.En la historia de la humanidad lo primero que hay que aclarar es que lo normal es la pobreza, no la riqueza.
Desde que se tiene noticia, la gran mayoría de la humanidad ha vivido en condiciones de acuciante necesidad.Hace menos de 200 años más del 90% de la población vivía con menos de 1 dólar al día. Incluso los ricos de aquella época tenían en muchos aspectos un nivel de vida peor que el del ciudadano medio europeo de la actualidad: esperanza de vida, consumo de calorías, variedad alimenticia, oferta de ocio a su disposición, comodidades en sus hogares, etc. Y lo mismo puede decirse de la vida en la Grecia clásica, la Roma imperial o la Edad Media italiana. Por muy idealizadas que tengamos aquellos momentos, lo cierto es que si por algo se definían era por la pobreza.
Todo comenzó a cambiar a comienzos del siglo XIX con la Revolución industrial y el desarrollo del capitalismo. Desde hace 200 años el porcentaje de población mundial que vive por debajo de lo que se considera pobreza no hace más que bajar. Y en los últimos 30-40 se está desplomando coincidiendo con la época en que el libre comercio más se ha desarrollado merced a la globalización.
La solución ha consistido en que los países ricos han invertido en los países pobres construyendo fábricas y luego les compramos sus jerséis y sus móviles. Por eso tener ropa hecha en Vietnam, Camboya o cualquier otro país pobre no es motivo de vergüenza sino de orgullo. Y así como todos los miles de millones que solidariamente hemos donado a África no han servido para nada, los productos que les compramos sí están consiguiendo lo imposible: que millones de personas salgan de la pobreza cada año en todo el mundo a una velocidad nunca vista en la historia de la humanidad. Y lo que a Occidente y especialmente a Inglaterra le costó siglos, ellos lo consiguen en pocas décadas.
En cuanto a las desigualdades, es cierto que dentro de cada nación han aumentado, pero las naciones subdesarrolladas han acortado las diferencias con las desarrolladas. Esto quiere decir que si el mundo fuera una aldea, las diferencias entre pobres y ricos serías menores. Además, en otras épocas los ricos nacían ricos y los pobres estaban condenados de por vida, transmitiéndose estas inmutables condiciones de generación en generación, cosa que no ocurre ahora.
En España hay muchos con un nivel de renta muy bajo, pero hace muchos años que nadie muere por hambre. Gran parte de los pobres son inmigrantes ilegales.
Enrique Gómez Gonzalvo, 23-09-2016 Referencia 148