Blog

 El capitalismo surgido tras la revolución industrial  consiguió  que la miseria crónica de la humanidad empezara a disminuir y en  dos siglos se creó  más riqueza que en el resto de la historia humana, sin embargo todavía hay en el mundo 800 millones de personas que pasan hambre. Se dice, y con razón, que es sorprendente y escandaloso que esto ocurra en el siglo XXI, cuando el mundo puede producir fácilmente alimentos para todos. Lo realmente escandaloso, es que, a pesar del éxito del capitalismo, lo que predomina en el mundo actual, especialmente en la  comunicación y en la enseñanza, es la socialdemocracia con un hondo sentimiento anticapitalista.

 Un extraterrestre que llegara a la Tierra, si solo se informara a través de la prensa y de las televisiones,   llegaría    a la conclusión que la culpa de todos los males del mundo es  del capitalismo. Manos Unidas, por ejemplo, la importante ONG católica  que promueve el desarrollo en el Tercer Mundo, en un cartel publicitario mostraba  una mujer sosteniendo una balanza equilibrada con el texto: “No hay justicia sin igualdad”. No se refería a la única igualdad compatible con la justicia y la libertad que es  la igualdad ante la ley, sino a la igualdad en bienes materiales.

La ayuda que propone  la socialdemocracia a los países pobres a través  de la ONU, del FMI, del BID, del Banco Mundial  ha consistido  siempre en lo que ellos llaman “la ayuda al desarrollo” que  se basa en dar enormes cantidades de dinero a los países pobres lo que  ha dado resultados muy escasos. El sistema capitalista  propone no  darles el pescado sino  enseñarles a pescar.

 Actualmente el tiempo que tarda una determinado país   para pasar de la extrema pobreza a disfrutar de una renta suficiente, siguiendo una política económica acertada, suele ser mucho más reducido que el que tardaron los países  que iniciaron la revolución industrial. Por ejemplo, Irlanda, en el siglo XIX sufrió una hambruna que redujo su población a la mitad,  hace 50 años era todavía tan pobre como  son hoy los países africanos y ahora está en el grupo de los países desarrollados.

La renta per cápita actual de Gran Bretaña es de 41.030 dólares, la de su antigua colonia, Hong Kong, ha llegado a 49.334. La primera ha seguido una mezcla de socialismo y conservadurismo, salvo el periodo de la señora Tacher, en cambio, su antigua colonia ha tenido siempre una tendencia más liberal, sin pasar por el socialismo.   

   .

         Enrique Gómez Gonzalvo, 21-04-2016 (Referencia 143)